miércoles, agosto 16, 2006

In da House (Ichi)

No he hablado mucho de mi casa y la verdad es que hay más a explicar que las aventuras del club de los culos muertos.
Estamos en Falkland Road ,en Hornsey, North London (a mano derecha de tomar por saco). Falkland es como los ingleses llaman a las Malvinas, pero para nosotros la calle es un eufemismo para decir Fuckland. No porque se folle mucho, sino porque la casa está fucked up. Digamos que si habéis visto “Los jóvenes” (The youngones”) os podéis hacer una idea de cómo está el tema, aunque no tengo muy claro quien es Bibyan y quien es Nil aquí.
Vale, puede que esté exagerando, pero bueno en realidad todas las casas de Londres podrían haber sido el escenario de la serie, todas son iguales y todas tienen ratas.
Curioso eso de las ratas aquí. Por lo visto Londres es una de las capitales mundiales en lo que se refiere a la población roedora. Existe el dicho de que aquí nunca estás a menos de seis metros de una rata. Bueno exactamente no recuerdo los metros (de hecho seguro que el dicho está en pies o pulgadas de estas que se gastan por aquí), pero bueno, menos de los que yo querría.
Esto lleva a situaciones curiosas. La mejor es una que me explicó un colega: en el Pret tienen contratada gente que se dedica a ir por las tiendas cuando están cerradas y contar ratas. Imagínate el curro: pasarte un domingo sentado cuatro horas sin hacer ruido, en medio de una tienda de bocadillos e ir contando las ratas que se pasean por delante de ti. Y ¿qué puñetas tienes que estudiar para hacer carrera en eso?
En la tierra de los polvos, ratas no tenemos, que tenemos la casa llena de trampas y somos una especie de Omaha Beach para los ratones, de manera que nos falta el Antidisturbios para ser unos Yougones como Dios manda.

miércoles, agosto 02, 2006

Recapitulemos

Bien, pongámonos al día:
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Trabajo para un subnormal
Si, mi manager es un desgraciado. Muy grande. Inmenso. Y va en bici porque es cool. Tonto del cool.
Resulta que hoy ya ha sido el colmo, estoy hasta el pene y me quiero pirar de la tienda donde trabajo.
El problema es que necesito la pasta, ves por donde, de forma que me veo obligado a hablar con la Ops Manager, contarle que malo que es y que mal me trata (y que capullo es) mi manager para hacerle ver que necesito y me merezco un transfer. Supongo que será fácil conseguir el objetivo porque mi manager ha cometido el pecado capital en UK. Ha sido rude. Ha sido unpolite. Es un bárbaro hereje y el hijo de puta me ha puteado.
Hoy me ha quitado el bonus porque he llegado 3 minutos tarde. 25 pounds a la mierda. Comeme el rabo y de lado hijo puta. En fin, el dia del juidio final tendrá que pagar, mientras tanto yo me encargare de que su superior le conozca mejor (y no seré el primero en hacerlo). ¡¡¡Muerte al hereje!!! ¡¡Kin geri!!
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The Kin Geri
Ya está, ya la he liao. Lo que pasa es que lo he hecho solo y ya veremos como acabo. La vida del samurai es solitaria, pero no me da miedo acabar como la flor del cerezo. A lo mejor si como el rosario de la aurora.
A falta de Katana, hoy he enviado una maravillosa carta a la head office explicando mis aventuras con el manager y la gran atmósfera de trabajo que tenemos en la tienda. Esta misma tarde me ha llamado Carter, David Carter, el cual llevará a cabo una investigación in da shop. Mientras tanto yo seré realojado en el Pret de West One para no interferir en la investigación.
La incógnita es si podré volver a Baker Street cuando amaine la tormenta. Porque creedme, tengo que volver a la tienda, no me puedo ir ahora. Ahora no.
Por qué? Pues porque la vida del samurai es solitaria.
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¿¿¿Pq???
¿Que porque tengo que volver a la tienda? Pues porque después de anyo y medio trabajando con mujeres simpáticas, pero que muy simpáticas, ha llegado Rita. Justo tres días antes de que me enviaran a trabajar a West One, donde todo el mundo es muy simpático también.


Pués bien, el viernes Carter viene a West One a decirme como queda la cosa. Emoción, emoción.

martes, agosto 01, 2006

Nunca te supe comprender

Londres es una ciudad cool, internacional y glamorosa. En Londres te encuentras actores que ganan óscars, cantantes que ganan EMIs, jugadores de fútbol que no ganan finales de la copa de europa...
Anteayer, en Piccadilly, experimenté el glamour de la ciudad. Me crucé al cantante de Pimpinela.