Flanagan: ¿Y os la compráis de color rojo?
Fragonetapower: Jajaja, Siiiiiii, mira, unos zapatos de tacón rojos!
Flanagan: Claro, así si caen gotitas no se nota.
Fragonetapower: (...).
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Fucking yeah! It's a fussion of Jazz and Funk, it's called Junk!
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cuando los tiempos sean duros,
que siempre haya una mano
donde te puedas agarrar.
Que no haya (nosequé, nosequé)
atajos, ni trampas,
que no te falten buenos amigos,
que tengas la mente en paz.
Si la vida es injusta y alguna vez te hace
dudar, no te fallen fuerzas para poder
continuar.
CARPE DIEM (al lado de un ying-yang azul)
Lánzate! (al lado de un sol, una florecilla y un símbolo de la paz de aquellos copiados de la Mercedes)
Estas son las inscripciones y dibujitos que la hippy que vivía en mi habitación se entretuvo en pintar por las paredes con tizas de colores.
Es que resulta que la hippy era arqueóloga y le dio una neura de arte rupestre. Seguramente los habitantes de Altamira también debían ser unos cumbas en versión neardental que les daba por ensuciar paredes, y cuando los homo sapiens llegaron a la cueva les debía tocar la moral tenerla que pintar toda de nuevo y decidieron que era mejor inventar la cabaña de planta circular y pasar de hacer reformas.
A mí me ha tocado pintar de nuevo, que vivir en cabañashoy en día ya no se considera tan innovador, y doy gracias al señor titanlux por haber inventado la pintura “una sola capa”, aunque en los trozos con grafitis han hecho falta dos… no subestiméis nunca el poder de una cumba con tizas de colores.
Y tampoco es que el mensaje de los grafitis me pareciera mal, simplemente es que igual quedarían mejor escritas entre fotografías de la SuperPop en la carpeta de una adolescente que al lado de mi armario.
En principio la habitación la tenía que pintar ella, pero pensé que igual lo entendería mal y se dedicaría a repasar con las tizas de colorines los trozos que aún estaban blancos. De manera que le propuse que si dejaba la mesa que tenía pensado llevarse ya la pintaría yo. Al fin y al cabo aún he podido sacar algo de provecho.
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UPDATE:
La Fragonetapower me acaba de decir que los mensajes cumbas de la pared eran estrofas de Viatge Llarg de SAU. Uala que fuerte.
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Cuando sabes que eres el puto amo? Cuando eres capaz de hacer bailar a 1500 presos filipinos. Yep, el rey titus, el rey… Creedme, cualquier día de estos nos lo encontramos en el autobús.
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La Muppetina resulta que es la chavala de quien takinovergé mi habitación en Can Fuckland, y que resultó ser de Barcelona. Es geóloga. Y qué es ser geóloga? No lo sé, nadie lo sabe, pero si le enseñas una piedra te dice de qué tipo es. De hecho, es hidro-geóloga, o sea que supongo que si le enseñas un vaso de agua también te puede decir de qué tipo es. Actualmente está trabajando en el primer mapa hidrográfico de Cataluña, si algún día tenéis que ir a algún pozo en concreto le podéis preguntar cómo llegar.
En su tiempo libre estrena cuerpo y mente. Estudia francés en la escuela oficial de idiomas (cruasán, canapé, suflé y café olé) y practica deportes originales e inverosímiles. Ahora creo que compagina Tai Chi, trapezio y frisbee. Sí, he dicho frisbee, y encima sabed que se juega por equipos. Seguramente son todos geólogos.
La Fragonetapower no vivió propiamente en Can Fuckland, pero vino de visita un verano, así que también fichó. Se gana las habichuelas de traductora y se las gasta haciendo escalada y cursos varios de especialización, como uno que hizo para aprender a hacer un nudo especial en el cable del secador y que sirve para colgarlo en el toallero. También es aficionada a la afonía y a las anginas, pero eso lo practica con menos entusiasmo.
Aún así, y gracias a Dios, New Fuckland Manor sólo comparte inquilinos con su referente inglés, aunque en lugar de ser cien y la madre que nos parió sólo somos tres. Nuestro nuevo pisito tiene una bonita cédula de habitabilidad en regla, tiene balconcito (al que yo me refiero como “la terraza” o “el patio”) en lugar de jardín y por lo tanto espero no encontrarme ni artrópodos mutantes ni toasts aux souris, como máximo alguna paloma moribuda despistada.
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Tron es muy buen chaval y mejor persona, hasta se podría comentar que como está estudiando para pilotar aviones es una persona indicada para llevarte de un punto A a un punto B, pero argumentar esto sería... Porque Tron es muy buen chaval y mejor persona, pero a veces le gusta copular con coches. Mira tú, de vez en cuando los coches de delante se paran, por razones tan sorprendentes como pueden ser los semáforos en rojo o los pasos de peatones, pero Tron lo ignora y usa su propio coche cual dildo herculiano para encularlos con ganas. Simplemente dice que no los ve. Un coche. Grande. Con cuatro ruedas y tal. No se da cuenta de que paran.
Yo ya le tengo dicho que se podría tomar unos cubatas antes de hacerlo, o esperar a algún día con niebla, para tener como mínimo alguna excusa para contar a los polis, pero él dice que no se avergüenza y que además si lo hiciera cuando ha bebido lo tendría que hacer demasiado a menudo.
Gracais al prodigioso ABS del Porsche llegamos a can Bakerin con algún incidente pero sin ningún accidente, con el tiempo justo de comer algo antes de engalanarnos y ponernos en bodorrio mode. Un síntoma inequívoco de que la cosa empezaba a mejorar era que la madre de Bakerin nos había hecho pepitos para comer.
La cocina valenciana está llena de tópicos, pero por alguna razón el pepito es una delicia olvidada. Cuando aún no hacía ni un año que conocía a Barkerin y estábamos compartiendo habitación en la mítica Bowden, después de ir de visita a Valencia se presentó con un tupper aceitoso que su madre le había preparado para sus amigos de Londres. El pepito es algo así como un poco de pan de briox/pan de leche/pan de frankfurt relleno con una samfaina valenciana, pintado con huevo y frito. Evidentemente después de comer tres o cuatro te estás un par de días sin hacer aquello que comentan tanto en los anuncios de Activia con bífidus activo, pero vale la pena.
Masticando aún el último pepito me vestí, preparé el equipo y me dispuse a empezar a fotografiar a Bakerin en pleno ritual de noviotización, pero entonces él me señaló el cuello y me preguntó dónde coño estaba mi corbata. Concretamente estaba en Barcelona, en el tercer cajón para más detalles, y es que había decidido hacer un Lauren Postigo y no llevarla. Por desgracia ni Bakerin ni ningún otro tío de la boda estaba al corriente del tal Lauren. Suerte que mi madre me había hecho desistir de la idea de calzarme las bambas y había llevado los zapatos normales, que Emilio Aragón tampoco les debía sonar demasiado.
Tampoco había para tanto, que a mí también me decepcionó que en el menú del banquete no hubiera ni paella ni horchata y no dije nada, aunque hay que decir que como testimonial representación autóctona los invitados se aseguraron de que hubiera arroz a tuttiplen para recibir a la pareja ya casada. De hecho el lanzamiento de arroz se convirtió más bien en un concurso para ver quien acertaba más veces a Bakerin con la boca abierta. Es lo que pasa cuando la gente lleva a la paella en las venas y cuando tus amigos son más putas que los de la novia. Aún gracias que se reprimieron y no lanzaron ni escamarlanes ni bajoquetes. Ah, y tampoco hubo ningún show con asno en todo el día, pero eso ya me lo esperaba.
Al final todo fue bien, yo me tuve que estresar un poco con las fotos, sobretodo gracias al pavo que hacía el vídeo, que aunque era una bellísima persona no paraba de tocarme los webs con su luz anaranjada y con su manía para pedir posados a los novios que simplemente llamaremos “de estilo clásico”. También me estresé un poco con la señora de edad avanzada que se me acercó hacia el final de la noche y me dijo, a una distancia mucho más corta de la estrictamente necesaria para una correcta audición, “Hazme una foto donde salga guapa, muy guapa, muy guapa, que quiero regalársela a mi novio”. Supongo que debe ser el mismo tipo de estrés que nuestro señor sentía cuando le pedían que multiplicara los panes o caminase por encima del agua. Yo simplemente decidí que era el momento de guardar el equipo y coger una copa.
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Venía por lo de la mamada (Intro)
Venía por lo de la mamada (Full Guateque)
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Esta estrategia va encaminada a hacernos entrar en un bucle consumista que nos obligue a comprar más salchichas y panecillos para intentar llegar a la paridad. Una estrategia muy bien pensada en algún despacho de aquellos donde hacen brainstormings y otras mariconadas, si no fuera porque es más fácil coger Nocilla y hacerte un bollycao casero con el sexto panecillo y ya está. De todas maneras supongo que esto más que una victoria de la inventiva ciudadana es un éxito de la Nocilla, que debía hacer otro pacto aún más secreto con los de los panecillos a espaldas de los de las salchichas. Qué panda de cabrones.
Lo que no es tan conocido es que los fabricantes de maletas y los fabricantes de cosas tienen un pacto parecido. No sé bien bien cómo funciona exactamente, pero el hecho es que las cosas no acaban de encajar nunca dentro de la maleta. En mi inocente juventud intenté paliar el problema a base de coleccionar maletas y bolsas de medidas y formas correlativas, pero esto evidentemente no solucionó nada, porque los fabricantes de cosas siempre van un paso adelante para que la maleta que ya tienes no te sirva. Qué panda de cabrones.
La cuestión es que yo iba a Valencia para tres días, de manera que me hacía falta poca ropa, pero iba para la boda de Bakerin y L (esposa en prácticas, supongo) y además era el fotógrafo, o sea que también tenía que llevar el traje y el equipo. Esto de entrada ya comportaba llevar el traje a parte en una bolsa de esas especiales para que no se arrugue, y para el resto entraba en juego el pacto maleteros/fabricantes-de-cosas.
Si utilizaba una maleta lo suficientemente grande para el trípode de todas maneras no era lo suficientemente ancha para poder meter la bolsa con el equipo fotográfico, y si utilizaba una maleta lo suficientemente ancha para todo entonces con la poca ropa que tenía que llevar no la acababa de llenar y todo corría peligro de acabar mezclado y chafado. Además mi bolsa super guay para llevar trajes, que me había regalado mi tía y que no me había hecho falta nunca antes, se ve que estaba dotada con un dispositivo que la teletransportaba a otra dimensión en caso de que te hiciera falta. De manera que acabé con la ropa en una maleta pequeña, el trípode atado precariamente a la maleta, la bolsa con la cámara colgada a la espalda y con la mano libre aguantando una percha con el traje cubierto por un plástico cutringui del todo a cien.
A base de hacer un tetris in progress con mis cosas conseguí llegar hasta el tren, me puse cómodo y me dormí con la tranquilidad que da saber que una vez en Valencia me vendrían a recoger a la estación y ya no tendría que pasar más penurias. Pero no conté con que estaba viajando con la RENFE.
Me desperté en una estación, pero con la preocupante sensación de que había dormido menos de lo que hace falta para llegar a Valencia, y es que estaba en Castellón, la vía estaba cortada y el resto del trayecto lo teníamos que hacer en autobús. La explicación oficial era que un tren de mercancías había descarrilado… días más tardes me enteré que la realidad era que Efak había pasado por el mismo sitio hacía unas horas (que aquél día las bodas estaban de oferta) y había hecho alguna gamberrada. Volví a montar el puzzle del equipaje y me puse a hacer una hacer cola para el autobús. Evidentemente llovía.
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A parte de esto he comido muuuuchos dulces y hasta quedé con Bakerin y L, que tuvieron la gentileza de perder un vuelo a NY y comprar otro para el día siguiente desde Madrid, donde me reuní con Amparo y Conejito y los dos invitados espontáneos. Evidentemente me supo mal por ellos, pero también me hizo mucha ilusión.
Sea como sea, que tengáis un 2009 la mar de guay, y espero que no tengáis la misma maldición que yo y que los reyes os traigan cualquier cosa menos pijamas.
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