domingo, septiembre 02, 2007

La aproximación inglesa a la sopa

Hacer una sopa en Inglaterra es fácil, la regla vendría a ser que cualquier cosa a la que le pongas agua ya es una sopa. De esta manera te encuentras cosas como sopa de paella o de rissoto con setas, palabrita de niño Jesús.
En el glorioso Pret, la meca de la comida organic-handmade-healthy-que-lo-flipas, han vendido sopa de espaguetis a la boloñesa, de italian meat balls (aka albóndigas con tomate), de chili con carne (que es la de italian meat balls pero con un par de judías y medio chile añadidos)... y no pondré más ejemplos porque esto no es un blog pornográfico, aún. De hecho, estas sopas maravillosas están hechas por un pavo que se supone que es el Arguiñano de las sopas inglesas (Nick Sandler creo que se llamaba) pero que el perejil en lugar de cocinarlo se lo debe esnifar. En algunas tiendas hay un ejemplar de un libro suyo para promoción. Lo ojeé y es donde descubrir la sopa de paella, o aún más atrevido, la de mariscada. Básicamente la receta es que tu cocinas una paella o una mariscada y después le echas agua por encima y dices que es una sopa. Y es que esta es la teoría básica de la sopa inglesa, alguna cosa comestible con agua. En el restaurante de Tron, que también es healthy pero aún más pijo y caro, durante una semana tuvimos sopa de lentejas. Era una sopa normal pero el manager, inglés of course, decidió que no era una sopa, que era demasiado espesa y que los clientes se quejarían. La solución fue añadir un vaso de agua en cada plato de lentejas, the Sandler way chaval. A Tron le lloraban los ojos, sopa de lentejas aguada y no quieras saber el precio chato.

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