lunes, octubre 29, 2007

Mama, lávame el kimono, kiaiii!!

No habrá churris en la playa, ni malotes con disfraces cutres, ni mi maestro me regalará ningún pañuelo molongui (ni hablará con dislexia), pero hoy voy al dojo... después de tres años. El reto no es ir, el reto es volver a casa sin arrastrarme con la lengua fuera.

jueves, octubre 25, 2007

Mallorca, ecstasy & lotion (2 de 3)


Una semana de pasarse todo el día juntos da para conocer mucho a la gente, no que con Amparo y Tron fuéramos precisamente desconocidos, pero una semana de ser culo y mierda da para mucho.
Amparo… bueno, no sé cómo decirlo o sea que lo diré y ya está: Amparo fuma palos de chupachups.
Cuando iba al instituto recuerdo que durante un tiempo se puso de moda la cultivada y exquisita expresión
“¿Pero tú eres tonto o es que fumas chicle?”. No le acabé de encontrar nunca el sentido, de la misma manera que no se lo encontré al comportamiento de Amparo.
Resulta que estábamos en casa de Tron, ya con los pijamas puestos y charlando un poco sobre qué haríamos al día siguiente. No sé qué le preguntamos a Amparo, pero ella antes de contestar chupó el palo de plástico del chupachups que ya se había acabado, se quitó el palo de la boca como si se tratase de un piti, exhaló el
humo, sacudió la ceniza y entonces habló. Tron y yo nos quedamos mudos. Tron, a demás, visiblemente nervioso y mirando por la habitación a ver si veía alguna cosa de la que poder decir que era un pez para cambiar de tema; Amparo mirándonos con cara de sorpresa y un poco molesta de que la estuviéramos mirando fijamente y señalándo con el dedo; y yo con ganas de chillar “¡Dios mío! ¡Dinos como te podemos ayudar! ¡Dios Mío! ¡¡Reacciona!! ¡Eso que tienes entre los dedos es un trozo de plástico y ni tan siquiera está encendido! ¡¡Dios mío!! ¡¡Que todo el mundo mantenga la CALMAAAA!! ¡¡¡¡DIOS MÍO!!!!” y después tomarme un par de valiums o fumarme un chupachups para tranquilizarme.
Amparo, cansada de tener dos bobos señalándole la mano, finalmente dijo “¿Qué? ¿Qué pasa?” Y Tron me miró como diciendo “¿Se lo dices tú o se lo digo yo? Y yo la miré en plan “¡¡Dios mío!! ¡¡¡Que te estás fumando un chupachuuuuuuuuups!!!” y le dije “¡¡Que te estás fumando un chupachuuuuuuups!!”
Ella contestó “Ya lo sé”, como si le hubiera dicho una cosa muy obvia como
los donuts tienen un agujero en el medio y hombre, la verdad es que tenía razón, lo que había dicho era muy obvio… pero no normal.
Lo que pasa es que Amparo había aprovechado el cambio de Londres a Alcorcón para dejar de fumar, siguiendo los pasos de Tron, que también dejó el vicio en Inglaterra. Según ella, si aprovechas que cambias de vida para dejar de fumar, se hace más fácil, pero aún así necesita el recurso del chupachups para quitarse el mono. La verdad es que al día siguiente vimos cómo también utilizaba un recurso complementario, que consistía en fumar cigarros, pero no sé si esto se puede considerar muy efectivo para dejar de fumar.
Finalmente, pudimos ir a dormir con la tranquilidad de que nuestra amiga no era una loca, sólo una yonki.
Al dia siguiente, mientras íbamos en el coche, Tron decidió tomarle el relevo a Amparo en el concurso “
Tus amigos te empiezan a dar miedo” y decidió compartir unas confesiones de juventud con nosotros, para amenizar el trayecto.
Tron empezó “Es que yo tenía un amigo que era una mala influencia…” pero hubiera sido más correcto decir “Es que yo tenía un amigo que era un psicópata asesino tronado que le gustaba bañarse en sangre humana…” pero bueno, es la historia de Tron y él es más humilde con los calificativos.
Resulta que Tron tenía un amigo que era una mala influencia y entonces cuando estaban juntos y se aburrían (y esto prueba que no son las videoconsolas si no la falta de ellas lo que propicia tendencias psicópatas) pues se buscaban juegos entretenidos y a poder ser que involucrasen algún tipo de muerte violenta. El amigo de Tron tenía una jaula para atrapar ratas (de esas trampas para ratas normales y corrientes que todos teniamos de pequeños) y entonces cuando atrapaban a una la rociaban con gasolina, la encendían y entonces abrían la jaula. Según Tron era como ver un coche teledirigido con el turbo puesto. Si era de noche molaba más.
A estas alturas Amparo y yo ya empezábamos a tener una sonrisa nerviosa y entonces Tron dijo “Y ¿os acordáis de los pollos que os he enseñado en mi terreno?...”. Sí que me acordaba. En Muro hay un sitio llamado Can Tron y que es un trozo de terreno bastante grande con una casita y jardincillo que es la alegría y el orgullo de Tron padre. Es donde hacen la matanza del cerdo e innumerables comidas y cenas y donde tienen los perros de caza. Tron nos llevó y nos lo enseñó y yo le pregunté que cómo era que no tenían pollos teniendo tanto espacio. “¿Cómo que no tenemos pollos?” me dijo, y me llevó hacia el corral y bueno… sigo pensando que no tiene pollos. Lo que yo compro en el
Kiki Pollo de mi barrio son pollos asados, lo que Tron tiene en su corral son una especie de dinosaurios culturistas con plumas que han abusado de los esteroides.
Pues resulta que Tron tenía un amigo que era una mala influencia y que tenía una escopeta de balines, pero le faltaba un poco de inteligencia deductiva a la hora de escoger las dianas. Un día que se aburrían y tampoco tenían Supernintendo, el amigo decidió ir a matar a pollos y claro, porqué ir más lejos si ya tienes pollos en casa. Pelaron a 10 de Can Tron y 10 de Can Psychokiller y descubrieron que una gallina es capaz de seguir corriendo aunque le explotes la cabeza (y también que el cuadro “Saturno devorando a sus hijos” está basado en un señor que tenía pollos e hijos tronados).

Pero estas cosas ya no las haces, ¿verdad?” Fue el comentario de Amparo mientras con una mano cogía discretamente la maneta de la puerta, preparada para saltar del coche en marcha dependiendo de la respuesta.
Yo estaba demasiado ocupado haciendo cálculos para decidir cuál de mis dos colegas era el más original.


Mallorca, ecstasy & lotion (1 de 3)

Mallorca, ecstasy & lotion (3 de 3)

Mallorca, ecstasy & lotion (Las historias de Tron)

domingo, octubre 21, 2007

Mallorca, ecstasy & lotion (1 de 3)



Las vacaciones siempre son guays, básicamente porque no trabajas, pero para mí una semana en Mallorca ha sido especialmente significativa, porque por primera vez en tres años se puede apreciar una ligera diferencia de color entre mi espalda y mi culo.
Llegué a Palma y nada más salir del avión me encontré con Tron disfrazado de walkie-talkie que me decía “¡Ey, qué pasa!”. Resulta que trabaja en el aeropuerto y ya me había dicho que vendría a decir hola cuando aterrizara, pero no me esperaba que viniera hasta la misma puerta del avión. Nos saludamos y entre abrazo y abrazo él cogía el walkie-talkie e iba diciendo cosas como "Correcto, tres cuatro siete listo y cerrado" y yo me preguntaba cuánto le deben pagar por decirle tonterías a una caja con antena.
Después cuando llegué a la Terminal me encontré a la Barbarella, otra mallorquina colega de Londres. Y es que esta es la gracia, que entre ella y Tron me estuvieron paseando por toda la isla. Me gustaría decir que, gracias a su íntimo conocimiento de Mallorca, me llevaron a rincones paradisíacos escondidos y exclusivos, pero en vista de que la frase más repetida por Tron fue “¡Hostia qué bonito, tendría que haber venido antes!", me parece que esta no fue la razón. De todos modos no hacía falta, porque aquello está lleno de paisajes de película, y entre esto y viejos amigos (Amparo también vino des de Alcorcón) el viaje fue memorable.
Tron se pasó la semana explotando la vertiente dominguera de Amparo e intentando convencerla de las cosas más estúpidas. Todo empezó cuando paseando por la playa encontró un trozo de plástico de aquellos que aguantan un pack de seis coca colas juntas y dijo “Mira Amparo, esto es un utensilio de pesca tradicional mallorquina”, a lo que ella respondió “Ay, ¡qué interesante!”. Lo que pasa es que Tron se emocionó con su éxito inicial y al cabo de un rato señaló una bolsa de plástico que flotaba en el agua y le dijo “Ves, y esto es un pez bolsa, que es lo que se pesca con lo que te he enseñado antes”. La primera reacción de Amparo fue preguntar excitada donde estaba el pez ese, hasta que vio la bolsa y se cagó en Tron. A partir de ese momento cada vez que Tron se encontraba alguna cosa decía que era un tipo de pez, como por ejemplo el pez cuña (que era eso, un trozo de madera con forma de cuña), que según Tron era el estado larvario del pez bolsa. La incredulidad de Amparo fue aumentando gradualmente hasta que optó por asumir que todo lo que decíamos era mentira, y entonces para ver qué nos inventábamos nos preguntó “A ver, y ¿esto que es?”. Era un hueso de calamar y se lo dijimos y ella nos miró y nos dijo que no era tonta, que los calamares no tienen huesos. Supongo que el hecho de que yo añadiera que era el órgano que los calamares usaban para producir la leche de soja, del latín sojantum que quiere decir calamar, no ayudó a que nos tomara en serio. Pero la cuestión es que si que era un hueso de calamar. Le intentamos explicar que los calamares no son redondas rebozadas que nadan por el mar, pero no hubo manera.
A parte de intentar instruir a Amparo, el viaje nos sirvió para descubrir componentes esenciales de la vida político-socio-cultural de Mallorca. Por ejemplo, Tron nos hizo una pequeña demostración de la sabiduría popular autóctona sobre los posibles usos alternativos del azúcar de las ensaimadas aplicado al ámbito de los estimulantes de vía nasal.


Descubrimos que los municipales de Mallorca luchan activamente por el reconocimiento de los derechos de la comunidad homosexual vistiendo orgullosamente los coches de patrulla con los colores de la rainbow.


Comprobamos que en la bonita villa de Deià la propiedad privada va más allá de la muerte y que mejor dejarlo bien claro, no sea que a alguien se le pase por la cabeza chorizarte la lápida mientras descansas.


Y también que hay gente que después de muerta decide cambiarse el nombre y la fecha de nacimiento.
(Y Amparo, que dice que el català és fàcil, nos preguntó que “¿por qué en la lápida dice que descansa en Pau si está enterrado en Deià?”).


Y en Soller y en Palma se ve que aún tienen afición a la ornitología y tienen monumentos a cosas.



Mallorca, ecstasy & lotion (2 de 3)
Mallorca, ecstasy & lotion (3 de 3)
Mallorca, ecstasy & lotion (Las historias de Tron)

lunes, octubre 08, 2007

Realmente hace falta que me vaya?


Será porque llevo desde el viernes despidiéndome de gente. Será porque siempre me despido en alguna fiesta y bebemos un poco y eso aún me hace estar más tonto. La cuestión es que ahora va de verdad. Hoy es mi último día como londinense. Hasta ahora todo había sido "Sí, me voy el 9, pero no sufras que aún nos veremos antes", pero ahora ya no. Ahora es adiós.
Una de las cosas que me tocaba la pera de vivir aquí es que periódicamente te despides de alguien que se va. Mi suerte es que muchos eran de Barna, o de Mallorca o Valencia que están al lado, o de Madriz, donde voy cada navidad a ver a la agüela, y los que eran de otros países... pues era una pena, pero bueno, como mínimo eran ellos los que se iban... era culpa suya. Pero ahora soy yo quien hace la plantada. Lo siento por todos los pretorianos, por todos los fucklanders y asociados y por todo el resto. No es que no quiera ir a Barcelona, es simplemente que no quiero irme de Londres. Y ya sé que hay muchos motivos para irme, y que es lo que toca, pero me toca los huevos. Supongo que a la que lleve dos días comiendo butifarra con pan con tomate se me pasará, y ya sé que hay cosas que no me gustan de Londres, pero es que ahora no soy capaz de recordarlas.
La buena noticia es que no tengo ninguna sensación de pérdida, no tengo ninguna duda de que volveré a ver a todo el mundo y cada rincón de ciudad que dejo atrás. Sobretodo después de pasarme seis horas cenando, bebiendo y diciendo burradas con el sector duro de los fucklanders y asociados.
Me voy tíos, aquí os quedáis, en Londres y en mi corazón…

domingo, octubre 07, 2007

viernes, octubre 05, 2007

martes, octubre 02, 2007

Bob Marley está vivo y canta en mi autobús

En el 29 pasan cosas, sobretodo cuando es el N29, y a veces no se trata de atracos. A veces se trata de borrachos cachondos.
Ya cerca de casa un abuelo rastafari entró en el autobús y empezó a cantar "No woman no cry", cosa que provocó que el adolescente gabacho que se sentaba a mi lado se despertara, sonriera y gritara "¡Ey! ¡Tú eres Bob Marley!". El yayo rastafari paró de cantar y dijo "No, soy su primo" y siguió cantando hasta que en la siguiente parada bajó. En la misma parada una chica inglesa subió y se sentó delante nuestro y el gabacho sonrió y dijo "Ey, ¡Bob Marley estaba aquí al lado!" a lo que la chica contestó, muy coherentemente, "Eso es imposible". El gabacho borracho, sorprendido, le dijo "¡Que sí, que estaba cantando!" a lo que la chica respondió, muy coherentemente, "Eso es imposible, Bob Marley está muerto". Y entonces fue cuando tuve que dejar de hacer ver que leía porque el gabacho borracho se giró hacia mí y me dijo "¿A que sí que es verdad que Bob Marley estaba cantando en el autobús?"
Delante de esto tenía dos opciones. Decir que no e intentar explicarle al gabacho borracho que era un gabacho borracho y que no había visto a Bob cantado sino a un pavo con rastas cualquiera porque ¡¡¡EL PUTO BOB MARLEY ESTÁ MUERTO SUBNORMAL!!! Lo que supuse que sería una tarea larga y cansina. O bien decir que sí y unirme al gabacho borracho en el intento de convencer a la chica inglesa de que Bob Marley hacía recitales en el N29, que tal y como pintaban las cosas parecía más probable conseguir esto que razonar con él. Mejor que el gabacho y yo le comamos la olla a la inglesa que no que el gabacho nos coma la olla a nosotros dos, pensé.
De manera que cerré el libro y le dije "Claro que sí", a lo que la chica replicó, muy coherentemente, "Eso es imposible, está muerto". En vista de que todo el razonamiento que mi compañero francés etílico era capaz de producir se reducía a repetir muy enfáticamente "¡Que sí, que sí, que sí!", mientras me dedicaba miradas pidiéndome ayuda, pensé que esperaba alguna cosa más de mí. Bueno, si lo tenemos que hacer, hagámoslo bien.
Yo: "Claro que sí, si te lo has cruzado cuando has subido al autobús, lo que pasa es que no le has conocido porque está muy envejecido. Toda una vida de fumar porros y criar piojos en la cabeza pasa factura sabes, pero cuando cantaba era inconfundible. Con que hubieras subido una parada antes le hubieras escuchado".
Chica: "Pero qué dices, si está muerto".
Yo: "No, no. Lo que pasa es que cuando los famosos se hacen muy ricos y tal acaban un poco hartos de la fama y entonces hacen ver que se mueren y cuando pasan un par de años pueden pasear por la calle tranquilamente sin que nadie les moleste. Es como Elvis, que también está vivo".
Chica: "Qué pasa, ¿que también estaba en el autobús?.
Yo: "Yo no le he visto. ¿Elvis también estaba?".
Gabacho borracho: "No, sólo Bob Marley".
Yo: "Sólo Bob".
Chica: "Es imposible".
Entonces le dijimos que la pareja que teníamos sentados detrás hacía rato que estaban en el autobús y que también habían visto a Bob. Evidentemente no tuvieron cojones de llevarnos la contraria y nos dieron la razón y la chica inglesa, muy coherentemente, no se molestó en decir nada más.
Y todos sonreímos de aquella manera que sonríes cuando decides que aunque te lo estás pasando muy bien la broma ya no da más de si. Excepto el gabacho borracho, que sonrió de aquella manera que sonríes cuando falta muy poco para que un par de gorilas vestidos de blanco te pongan una camisa especial y te conecten un par de electrodos en la cabeza y te encierren en una institución pública.