Los últimos dos fines de semana han sido alemanes. Mucho. Demasiado. La semana pasada acabé en una fiesta de carnaval alemana. Esto....carnaval....alemán....Pues si, celebran el carnaval y sorprendentemente no lo hacen con un desfile militar, por lo visto se disfrazan y ponen música de fiesta mayor. De hecho este es el problema, he descubierto que las fiestas alemanas son como la fiesta mayor de mi pueblo, Paquito el chocolatero non-stop pero en idioma raro. Y teniendo en cuenta que lo único que se decir en alemán es subanempujenestrujenbajen, la música me resultó bastante toca pelotas. Y aguantar a todos los alemanes vociferando la letra de las canciones también. Y la conga. Los alemanes son unos yonkis de la conga. Cada tres o cuatro canciones montaban una y tu te dabas cuenta porque de repente una mano te agarraba del cuello de la camisa y te tiraba en medio de la puta conga. Y ala, conga va conga viene hasta que el Paquito el chocolatero subanempujenestrujenbajen se acababa. Era un poco como en las pelis de Dawn of the dead y tal, cuando de repente un montón de brazos zombis rompen una ventana y te atrapan, pero los alemanes al menos no se me comían las tripas (aunque si que hablaban un poco como los zombis).
Y acabé tan reventado que de vuelta a casa me quedé sobado en el autobús. Y cuando me desperté el autobús estaba plagado de españoles y todos le preguntaban a uno “¿Pero tu sabes ir a donde vamos? ¿Pero tu sabes dónde estamos?” y él respondía “No sé dónde estamos pero sé a dónde vamos” y entonces yo pensava “Hostia, tu eres un catedrático chaval” y entonces uno le preguntó “¿Pero seguro que este autobús nos lleva a Leicester?” y entonces yo pensé “Buajuasjuasjuas!” porque ya estábamos llegando a mi barrio y dijéramos que Leicester vendría a ser como la Plaza de Cataluña y mi barrio vendría a ser como a tomar por culo a mano derecha. Y no solo eso, sino que después de mi barrio el bus N41 sigue hasta tomar por culo plus ultra. Y yo no sabía si decir algo o no, porque me había quedado traumatizado y tenía miedo de que aquella pandilla decidiera hacer una conga para celebrar mis indicaciones, pero al final otra alma caritativa les explicó que para ir a Leicester tenían que coger el N29 y jugar a cartas y al pictionari para matar la hora y media de viaje que les esperaba.
Y acabé tan reventado que de vuelta a casa me quedé sobado en el autobús. Y cuando me desperté el autobús estaba plagado de españoles y todos le preguntaban a uno “¿Pero tu sabes ir a donde vamos? ¿Pero tu sabes dónde estamos?” y él respondía “No sé dónde estamos pero sé a dónde vamos” y entonces yo pensava “Hostia, tu eres un catedrático chaval” y entonces uno le preguntó “¿Pero seguro que este autobús nos lleva a Leicester?” y entonces yo pensé “Buajuasjuasjuas!” porque ya estábamos llegando a mi barrio y dijéramos que Leicester vendría a ser como la Plaza de Cataluña y mi barrio vendría a ser como a tomar por culo a mano derecha. Y no solo eso, sino que después de mi barrio el bus N41 sigue hasta tomar por culo plus ultra. Y yo no sabía si decir algo o no, porque me había quedado traumatizado y tenía miedo de que aquella pandilla decidiera hacer una conga para celebrar mis indicaciones, pero al final otra alma caritativa les explicó que para ir a Leicester tenían que coger el N29 y jugar a cartas y al pictionari para matar la hora y media de viaje que les esperaba.
1 comentario:
Mi querido y Catalan amigo que fueeerte!!! ya deja la fiesta! con razón ya ni te veo el messenger... conga conga! ey! conga conga ye ye conga conga! Que miedo! Bueno como siempre me hiciste reir y puedo llamarte mi iniciador...ahora puedes entrar al mio a ver que tal me quedo el primero...que considero me falta un rato para alcanzarte mi apreciado Sen sei! Saludos desde la ciudad mas grande del mundo!
Publicar un comentario