Anoche bajé a la cocina a picar algo. Ya era tarde y no había nadie más. Al cabo de un rato empecé a oír un ruido raro, parecido al chirriar de las escaleras cuando alguien está bajando, pero al cabo de un rato pensé que o bien las escaleras se habían vuelto mucho más largas o bien el ruido tenía que ser otra cosa. Dejé lo que estaba haciendo para escuchar mejor, me fui acercando poco a poco y decidí que el ruido venía de dentro de uno de los frigoríficos. “Hay una cosa viva dentro del frigorífico!”. Lo primero que pensé es que a lo mejor era un ratón, pero inmediatamente lo descarté, porque para hacer aquél ruido tendría que ser la rata más grande del mundo. Pero entonces qué!?
Entonces? Entonces se me encendió la bombilla y miré hacia arriba. Había empezado a llover y las gotas de agua pegaban contra la claraboya de la cocina.
Me sentí muy ridículo, pero tranquilo. Suerte que nadie me vio, sólo faltaría que algún compañero de casa tuviera un blog y explicase las tonterías que hago.
Entonces? Entonces se me encendió la bombilla y miré hacia arriba. Había empezado a llover y las gotas de agua pegaban contra la claraboya de la cocina.
Me sentí muy ridículo, pero tranquilo. Suerte que nadie me vio, sólo faltaría que algún compañero de casa tuviera un blog y explicase las tonterías que hago.
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