sábado, julio 21, 2007

Burn, Jerry, Burn! (Jerry tales 3 de 3)

Hay maneras y maneras de levantarte. Por ejemplo, levantarte porque Amparo y Karen se están entrenando para los juegos olímpicos en la modalidad “cien metros grito” no es una buena manera.
Aunque no he hablado de ello, no es la primera vez que me despierto en Can Fuckland gracias a los gritos de una histérica, pero de todos modos este tipo de fenómenos siguen despertando mi curiosidad. En realidad me despiertan la curiosidad, las ganas de desayunar, las ganas de ir a hacer la meadita de buena mañana y un poco todo en general porque no hay manera de seguir durmiendo. También me despiertan un poco la mala hostia.
Entonces ha sonado el móvil. Era Amparo para decirme que se acababa de encontrar un ratón carbonizado en la tostadora. Ha visto que había alguna cosa dentro y ha pensado que era demasiado grande y redondo para ser un trozo de pan y después se ha dado cuenta que también tenía demasiada cola como para ser pan. Yo le he dicho que qué pena que Jerry hubiera acabado así y ella me ha dicho que “Que pena ni que cojones, que es un ratón asqueroso y casi me lo como!” y entonces me he acordado de que estaba en mi habitación y que no hacía falta que hablásemos por teléfono y he bajado hacia la cocina.
Qué pena que Jerry haya acabado así. Por ironías de la vida el animal sobrevivió a la hipotermia para acabar asado. De todas maneras Duncan, con su sabiduría infinita, dice que las tostadoras pasan la corriente si las tocas por dentro y que seguramente se murió electrocutado antes de asarse. De todas maneras supongo que podríamos discutir si era realmente Jerry o se trataba de un pariente cercano, pero el cuerpo ha quedado demasiado quemado como para identificarlo y como no tenemos el historial dental de Jerry para compararlo con el cadáver pues tendremos que asumir que es el. A de más, si no el post tiene menos gracia.
Evidentemente lo primero que he hecho al ver al animal ha sido repasar mentalmente cuándo me había comido la última tostada. He tenido suerte. Yo siempre me congelo el pan y después lo voy descongelando en la tostadora cuando me hace falta, pero desde hace unas dos semanas el pan que tenía era demasiado grueso y tenía que usar el horno. Me parece que Amparo no ha llegado a conclusiones tan tranquilizadoras... Dragon Khan en cambio, ya ha sacado tres cosas positivas de todo esto y dice que a ver si compramos unas cuantas tostadoras baratas y las repartimos por la casa y así nos libramos de cualquier otro ratón que pueda haber.
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