lunes, noviembre 20, 2006

15 minutos de historia personal

Azorfa es la mujer de Ribak. Y no tiene nada que ver con Ribak.
Azorfa es una chica que siempre sonríe , que enseguida se pone a hablar contigo y que es bastante nerviosa. De hecho a menudo hacemos broma de eso y decimos que le tenemos que prohibir el café y el azúcar porque si no se embala demasiado.
Ribak es el negativo de Azorfa, o una Azorfa positivaza, como prefirais. Ribak cuando habla lo hace poco a poco porque mientras lo hace, va contando las palabras que dice para no pasarse de su máximo diario. De hecho se ahorra algunas conjunciones y preposiciones, no porque no sepa inglés sino para ahorrarse algunas sílabas a lo largo del día. Las sonrisas deben entrar en el mismo cómputo que las palabras porque también las raciona bastante. Diríamos que es un tio tranquilo.
Pues bien, ¿Cómo es que estos dos han acabado casados? ¿Cómo es que un tio como Ribak se ha ligado a una tia como Azorfa? Porque además Azorfa es guapa y Ribak, bien no es que sea feo pero vaya, con Azorfa le ha tocado la lotería.
Pues hoy Azorfa me lo ha explicado.
Durante mi descanso (de 15 minutos por cierto, por favor que alguien resucite a Marx que todavía tiene trabajo por hacer) he coincidido con Azorfa. La chavala me encuentra simpático y hoy ha decidido compartir sus pensamientos conmigo. Sinceramente no sé por qué le ha dado por explicarme todo eso, quiero decir que yo no le he preguntado, simplemente ha empezado a explicarme su vida, como si le apeteciera pensar en voz alta.
Hay cosas que de vez en cuando escuchas en las noticias, o lees en algún lugar y piensas que qué costumbres más diferentes tienen en otros lugares del mundo. Pero cuando te lo explica alguien que trabaja contigo, que parece tan parecido a ti, te choca bastante.
Azorfa se casó con Ribak porque su padre se lo dijo. El padre de Azorfa era uno de los arquitectos más importantes de Bangla Desh (del top ten según ella) y fue el encargado de buscar un marido conveniente para su hija mayor. Ribak y Azorfa se conocieron el día de su boda.
Lo que más me ha sorprendido es la naturalidad con que me lo ha explicado. Totalmente consciente de su deber como hija mayor, entiende qué es lo que le toca. Su hermana pequeña se casará con el chorbo que ha escogido y del cual se ha enamorado, pero para la hija mayor, como ella dice, todo depende de la suerte. Y parece que ella considera que ha tenido bastante.
El día de su boda Azorfa no paraba de llorar y de decir que no quería irse de casa de sus padres para ir a vivir con otra familia. Su cuñado por suerte, es un buen hombre y bastante inteligente. Es un hombre que sabe que la única manera de conseguir que alguien haga una cosa es haciendo que la quiera hacer. A medio camino paró el coche y compró dos helados para Azorfa y le dijo que tranquila, que comiera los helados (que a la nena le encantan, sobretodo en el agosto de Bangla) y que después volverían a casa de sus padres y les explicarían que ella no se quería casarse con Ribak y ya está, que no se preocupara. Evidentemente Azorfa, ya más calmada y con un helado en cada mano, le dijo que no dijera chorradas, que no podía hacer eso, que no podía volver a su casa así. De manera que continuaron hacia Can Ribak.
Los primeros días Azorfa durmió en la misma habitación que sus cuñados y la luna de miel fue más bien un picnic familiar, con las dos familias embutidas en un autocar para ir a pasar unos días a la playa. De manera que Ribak y Azorfa se fueron conociendo poco a poco, como cualquier pareja, pero con los trámites matrimoniales ya listos.
Y de allá hasta aquí y ahora están esperando una criatura.
Mientras ella me iba explicando todo esto yo iba asintiendo con la cabeza y no he hablado casi nada. Bueno, la verdad, con quince minutos de descanso has de escoger entre comer o hablar y era la hora de la merienda, pero a parte de eso es que no quería interrumpir.
Me estaba explicando de primera mano una cosa que he escuchado y leído mil veces y que estaba encontrando muy interesante y, de todas formas, ¿qué le podía contestar? Quiero decir que su vida es así, la vida es así, y no se me ocurría ningún comentario apropiado. De manera que me he limitado a verlo desde su punto de vista, a comentarlo como una cosa normal. Porque es normal, porque en muchos sitios es la norma, porque de hecho yo vivo en una excepción.
Al cabo de quince minutos, un poco descolocado, le he dicho que si me dejaba colgar lo que me había explicado en internet. Azorfa ha sonreído y me ha dicho que no le importaba, que de hecho le hacía gracia. Se ha sorprendido que alguien pensase escribir sobre una cosa tan banal como su boda con helados de limón.
Antes de que me fuera me ha preguntado si seguía sin pareja. Entonces he sonreído yo y le he dicho que si, que sigo siendo un bachelor.
No es la primera vez que me lo pregunta. Azorfa está preocupada por eso, dice que estoy perdiendo el tiempo, que he de buscar una chica de mi país (porque dice que así me entenderá mejor) y hacer familia.
Le he dicho que cuando encuentre pareja será la primera en saberlo y después he pensado que para según que tener un padre arquitecto soluciona la vida. O no.

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