Bien, a medida que los meses han pasado he constatado que realmente Can Fuckland no es muy diferente a un hostel. La gente no hace vida en casa, nada más viene a dormir y jalar y los residentes no duran mucho ni tiran de la cadena del wáter .
Ahora ya tenemos tres nuevas incorporaciones y otras tres personas que están a punto de abandonar la casa.
Metalboy es el chaval que está en la habitación que antes era de Etonda. Es un heavymetal de los clásicos, lo que quiere decir que junto con él en la casa han aparecido una chupa de cuero en la silla del comedor y una “Crema rigenerante all olio di cocco, impacco ammorbidente per capelli” en el lavabo. Porque un heavy puede ser malo malote pero no puede escatimar en el cuidado de sus greñas.
Metalboy está empeñado en triunfar en el mundo de los heavy’s y yo creo que lo está consiguiendo porque como mínimo a mi me resulta muy pesado. El niño tiene su banda de música con la que espera saltar al estrellato y yo espero que estrelle y consecuencia de sus aspiraciones musicales es uno de sus comportamientos que me toca la pera. Al niño le gusta alcachofarse en el sofá, secuestrar el mando a distancia y empezar a hacer zapping por los diferentes canales musicales. Evidentemente ni se plantea que los demás quieran ver alguna otra cosa que no sea un greñudo cambiando de canal.
A parte de eso, Metalboy es un marrano de cojones y el muy orangután todavía no ha aprendido que las puertas tienen un picaporte que sirve para abrirlas y cerrar sin hacer ruido.
Karen que es la hermana de Tommy y también una superviviente del Triásico que no se cómo pero consiguió superar la extinción en masa del Cretacio Superior.
Cuando llegó a la casa molaba porque como no trabajaba se pasaba el día limpiando y nos hacía de madre, bueno mejor dicho como de abuela, o mejor, como de cosa conservada en formol que se mueve y limpia. Pero a la que se puso a trabajar se contagió del espíritu de la casa de “paso de todo colega”. A mi lo que me toca la pera es que la señora es capaz de cruzarse contigo por el pasillo, mirarte a la cara y pasar olímpicamente de saludarte. Tiene mérito.
Por último Perella, que es un alemán con nombre italiano. Con nombre italiano porque sí, porque a los padres les dio la gana, sin ningún otro motivo, que tampoco es que haga falta. Es un buen tio, digamos que ni limpia ni ensucia y por tanto no molesta pero aunque me cae bien tampoco nos relacionamos mucho.
Empiezo a estar hasta la polla de mi casa. Necesito vivir con gente civilizada. Con gente normal, salubre y sociable y ahora encima Aka y Jerry se irán.
Aka es la única que realmente cumple con los estándares de higiene y buen rollo propios de una persona alfabetizada, pero se va un mes a ver a su maromo a Sud Africa y aprovecha la oportunidad para dejar la casa y buscar otra guarida cuando vuelva.
Jerry no es del todo salubre pero si relativamente sociable, sobre todo desde que nos chupamos “Bands and brothers” juntos, pero se le acaba el visado y tiene que volver a Sud Africa.
Baba también se pira, pero me la suda.
Definitivamente necesito un cambio de aires. Necesito vivir con gente que no coleccione tazas sucias en el fregadero y que no tenga por hobby usar el agua caliente cuando te estás duchando. Necesito un hogar, necesito una habitación que la mire y me entren ganas de ir a Ikea a comprar alguna cosa que no me haga falta.
Quizás lo que tendría que hacer es pirarme a Sud Africa, que es lo que se lleva ahora.
Ahora ya tenemos tres nuevas incorporaciones y otras tres personas que están a punto de abandonar la casa.
Metalboy es el chaval que está en la habitación que antes era de Etonda. Es un heavymetal de los clásicos, lo que quiere decir que junto con él en la casa han aparecido una chupa de cuero en la silla del comedor y una “Crema rigenerante all olio di cocco, impacco ammorbidente per capelli” en el lavabo. Porque un heavy puede ser malo malote pero no puede escatimar en el cuidado de sus greñas.
Metalboy está empeñado en triunfar en el mundo de los heavy’s y yo creo que lo está consiguiendo porque como mínimo a mi me resulta muy pesado. El niño tiene su banda de música con la que espera saltar al estrellato y yo espero que estrelle y consecuencia de sus aspiraciones musicales es uno de sus comportamientos que me toca la pera. Al niño le gusta alcachofarse en el sofá, secuestrar el mando a distancia y empezar a hacer zapping por los diferentes canales musicales. Evidentemente ni se plantea que los demás quieran ver alguna otra cosa que no sea un greñudo cambiando de canal.
A parte de eso, Metalboy es un marrano de cojones y el muy orangután todavía no ha aprendido que las puertas tienen un picaporte que sirve para abrirlas y cerrar sin hacer ruido.
Karen que es la hermana de Tommy y también una superviviente del Triásico que no se cómo pero consiguió superar la extinción en masa del Cretacio Superior.
Cuando llegó a la casa molaba porque como no trabajaba se pasaba el día limpiando y nos hacía de madre, bueno mejor dicho como de abuela, o mejor, como de cosa conservada en formol que se mueve y limpia. Pero a la que se puso a trabajar se contagió del espíritu de la casa de “paso de todo colega”. A mi lo que me toca la pera es que la señora es capaz de cruzarse contigo por el pasillo, mirarte a la cara y pasar olímpicamente de saludarte. Tiene mérito.
Por último Perella, que es un alemán con nombre italiano. Con nombre italiano porque sí, porque a los padres les dio la gana, sin ningún otro motivo, que tampoco es que haga falta. Es un buen tio, digamos que ni limpia ni ensucia y por tanto no molesta pero aunque me cae bien tampoco nos relacionamos mucho.
Empiezo a estar hasta la polla de mi casa. Necesito vivir con gente civilizada. Con gente normal, salubre y sociable y ahora encima Aka y Jerry se irán.
Aka es la única que realmente cumple con los estándares de higiene y buen rollo propios de una persona alfabetizada, pero se va un mes a ver a su maromo a Sud Africa y aprovecha la oportunidad para dejar la casa y buscar otra guarida cuando vuelva.
Jerry no es del todo salubre pero si relativamente sociable, sobre todo desde que nos chupamos “Bands and brothers” juntos, pero se le acaba el visado y tiene que volver a Sud Africa.
Baba también se pira, pero me la suda.
Definitivamente necesito un cambio de aires. Necesito vivir con gente que no coleccione tazas sucias en el fregadero y que no tenga por hobby usar el agua caliente cuando te estás duchando. Necesito un hogar, necesito una habitación que la mire y me entren ganas de ir a Ikea a comprar alguna cosa que no me haga falta.
Quizás lo que tendría que hacer es pirarme a Sud Africa, que es lo que se lleva ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario