viernes, febrero 02, 2007

La muerte del culo

Me cago siete veces en le cabronazo que se ha tirado el pedo dentro del vagón de metro (aunque el se ha cagado más)
En el metro tendría que haber la misma sustancia esa que ponen en las piscinas y que hace que el agua se vuelva de color si alguien se mea. Hoy habríamos acabado con una nube rosa enorme dentro del vagón, pero al menos le habríamos podido romper la cara, o mejor el culo, al cabronazo al que se le han suicidado las nalgas.
O quizás si que hay la sustancia esa, pero funciona tan mal como en las piscinas, que aunque te mées el color no cambia ni de coña. Esto último me lo explicó el amigo de un amigo.
Al menos he aprendido que pedo mochilero se dice sticky fart.

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